martes, 8 de marzo de 2022

 

09/03/1961-09/03/2022

 

Tota una vida per a conèixer-me
Tota una vida per a reconèixer-me
Tota una vida per a entendre'm
En les meves cadenes
En els meus desitjos
En els meus enganys.


Ha de fer falta tota una vida?
Per a caminar,
quan reina el dolor
Per a volar,
quan no et queden plomes
Per a cridar,
quan la teva veu es perd en la indiferència.


Si no haig de córrer, m'arrossegaré
Si no puc volar, miraré des del meu balcó
Si el meu crit no s'escolta, escriuré una carta i la llançaré al vent.




domingo, 8 de abril de 2012

Una dona atònita davant del que l'envolta, davant del que està feta...

lunes, 12 de octubre de 2009

OSCURIDAD


Miras a fuera, 
sólo hay oscuridad,
sólo hay tristeza, 
sólo hay dolor.
.


Miras hacia dentro, 
y sólo hay oscuridad,
y sólo hay tristeza, 
y sólo hay dolor.
.


Mueves los brazos
con doloroso esfuerzo,
 para salir a flote 
y respirar de nuevo.
.


Pero el aire 
está teñido de negro 
y huele a tristeza, 
y sabe a dolor
.
Abres los parpados 
a pesar del dolor 
a cristales rotos 
en tus pupilas
.
Y entrevés una garra 
entre tanta negrura, 
entre tanta tristeza, 
entre tanto dolor.
.
Y escondes el rostro,
alargas tu boca, 
atenazas tus dientes, 
y tu garganta ruge 
un profundo NO! 


 . . .
Hundes el pecho… 
escondes tu rostro…
y entre tanta negrura, 
entre tanta tristeza,
y tanto dolor…

no ves sangrar 
la mano del amigo...
llena de tristeza
llena de dolor.

para Luisa

7 de octubre de 2009




Ilustración: XIMENA HERAUD

viernes, 3 de octubre de 2008

unos ojos




UNOS OJOS



Salgo expulsada
del vientre que me acogía
como si formara parte
de él

La primera mirada
me muestra…
el abismo:
Estoy sola.

Salgo corriendo
buscando unos ojos
para hacerlos míos,
para meterme en ellos,
y mirar juntos
la soledad de afuera.

En esa búsqueda
mi vida se va disolviendo…

Al final
yo me marcharé,



y esos ojos que me miran
en mi última mirada
se posarán
en la mosca que revolotea
delante de mis ojos,


la misma que yo
ya no podré ver






Gatbus




02-02-2007

miércoles, 27 de diciembre de 1995

y después la ASFIXIA



No hay estabilidad ni en el entorno, ni en el interior de uno mismo.

La alegría, la placidez, la emoción suceden a la desesperanza, a la tristeza o al miedo...

No hay donde agarrarse y si alguna vez imaginas que ésto no es cierto es que te estás equivocando.

No es normal sentirse bien, y mucho menos sentirse muy bien, pero tampoco son reales el miedo y la tristeza, aunque, al estar tan alejados del deseo de imaginar una realidad mejor, parezcan más factibles de tener su razón de existir. 

Los sentimientos positivos son tan sospechosos como las religiones, que por consoladoras y conformistas parece que más bien existen para esconder la negrura de la existencia a la razón.

Sin embargo, ya he experimentado la esterilidad de profundizar en lo negro, en la nada de la propia realidad. 

Tal vez sea real esa nada. Tal vez sea lo más real de nuestra existencia, pero es como morir en vida, todo pierde sentido y la felicidad al saberla finita se hace insoportable
Es como vivir en el velatorio de todo la humanidad, llorando por su absurda existencia.

Miras a la gente, con sus alegrías y sus penas, y sabes que tienen menos identidad que las sombras. Se creen importantes y son un suspiro en un torbellino sin sentido de existencias, realidades y reacciones químicas o atómicas que sobrepasan nuestra leve existencia en la misma proporción que el universo a una mota de polvo.


Pensar en estos términos puede doler, pero sentirlos a cada paso deshace la propia existencia, o esa imagen de nuestra existencia que nos la hace sentir como algo importante o trascendental.

Puedo identificar a mi alrededor este sentimiento, pensadores de todas las épocas lo han expresado. Algunos se volven locos, otros quedan marcados para siempre (para su "siempre"), unos cuantos no sobreviven, pero la gran mayoría siguen viviendo, ya sea enterrando el pavor, o cargándoselo a la espalda con callada resignación.
Los más prácticos, aun sabiendo que esto de vivir es una mierda sin sentido, se empeñan en vivirla con la fe puesta en la idea de que, aunque ahora no entiendan nada, quizás, en un futuro se descubra el sentido de su propia y particular existencia.

Lo genial sería que de este enfrentamiento con nuestra propia existencia en vez de autodestrucción se pudiera traducir en algo material o comunicable. Transmitir los sentimientos, las emociones. Que de la dureza de ese enfrentamiento fructificase algo lo suficientemente sustancioso como el conflicto que lo ha generado.

Otros viven ajenos a este sentimiento y, a aparte de tener mucha suerte, deben estar confeccionados con otra "pasta". Ellos consideran que la nada, la no existencia:  - ¡no importa!-  porque: -¡No te enteras de nada! ¡estás muerto!-

Pero eso no sirve cuando la maldita consciencia hace preferir el dolor que la ignorancia (ojalá jamás sufra tanto dolor como para pensar lo contrario).


Estos pensamientos no son el fin de una mala experiencia, no creo que llegue nunca a una situación estable, desde la cual me pueda situar sin nada más  que hacer que observar a mi alrededor como se balancean los demás. 
Voy a balancearme el resto de mi vida: del dolor a la alegría, de la excitación por lo nuevo al miedo más apabullante. 
Una vez más caer y subir, zarandeada, como una más de todas las hojas que han sido y serán, por un viento cambiante y  ABSURDO.

domingo, 18 de agosto de 1974

La catástrofe de Cádiz

LA CATÁSTROFE DE CÀDIZ
Hechos ocurridos el 18 de agosto de 1947 en Cádiz.Recordados el día 10 de noviembre de 2009. Con 20 años viví lo que nosotros decimos “La Catástrofe de Cádiz”. Dos días después, el día 20 cumplí 21 años, lo viví todo desde el cuartel de instrucción de San Fernando. He dicho viví, pero si no hubiese sido por mi cargo, en el cual conversaba con jefes, oficiales y suboficiales que me permitió oír toda clase de comentarios, no sabría nada más que: “la culpa fue del calor”. Según se decía entonces, explosionaron 380 minas de 500 Kg. de trilita cada una y que había más de 400 a otro nivel más bajo que no explosionaron. Todas las minas antes de subirlas a los minadores se les quitaban los 8 detonadores. Puedo confirmar que hubo un pacto de silencio: En uno de los escritos que he consultado titulado “La noche en que Cádiz quiso perder la memoria” escrito por José Manuel García Bautista y Rafael Cabello es donde más parecido encuentro con los hechos que yo viví. Yo no sabía que nadie hubiese investigado sobre los hechos de esa noche, sólo lo sabían mi padre y mis familiares, en Barcelona la gente no sabía nada de lo que había pasado. Cuando me licencié muchos conocidos me preguntaban porqué llevaba dos cintas negras en mi uniforme: una era por la muerte de mi hermano y la otra por la catástrofe de Cádiz, sólo unos cuantos sabían algo de lo que había pasado. Lo que considero más importante es el hecho que durante aquellas fechas se estaba rodando la película Alhucemas (al estilo de Raza) utilizando tropas y oficiales de marina.
La misma noche de la explosión se tenía que festejar el fin de la película con tropas del cuartel y tropas que debían trasladarse al día siguiente a sus cuarteles. La cena estaba prepara y lista para ser servida ¿adivinan dónde?. Un poco antes de la hora anterior a la explosión el jefe supremo nos dijo: “¡En veinte minutos tenéis que estar todos en vuestros destino, no quiero a nadie aquí! ¡Otro día haremos la fiesta!” Nunca entendí como nadie se hizo eco de lo sucedido. Deberían investigar porqué, en aquellas fechas, mandaban veteranos del cuartel a vigilar las playas con naranjero, y también porqué las relaciones de la marina con Madrid –me parece recordar que sólo habían tres almirantes mayores y grandes dificultades que tenía un contraalmirante para conseguir el entorchado de vicealmirante; y cambio en Madrid nombraban generales de la nada, y a lo grande. 
  Ramón Gustems Iserte

P.D.: También me gustaría que se supiera lo que pasó a uno de nuestros compañeros, que murió a causa del rodaje de la película, es muy posible que a sus familiares jamás les dijeran la verdadera razón de su muerte. La película fue un fracaso, los protagonistas siempre estaban detrás con miedo, les costaba bajar del barco, por tal motivo se puso una plataforma debajo del agua para que bajaran sin miedo, pero la cosa no mejoró, nuestro compañero, un teniente de navío muy apreciado por todos, que era un gran deportista y al que llamábamos Tarzán, se tiró al agua para demostrar a los actores que no debían tener miedo, nadie le había dicho que habían puesto la plataforma debajo del agua y se mató. Ojalá su familia llegue a saber la verdad sobre lo sucedido. Gracias